En plantas e instalaciones industriales, los sistemas de aire comprimido, gas y vacío son
una fuente fundamental de energía convertida. Además, son más accesibles que otros
recursos como la electricidad ya que los compresores están por todas partes en las
fábricas actuales: permiten el funcionamiento de máquinas, herramientas, robots,
sistemas de manipulación de productos, etc.
Sin embargo, muchos sistemas de aire comprimido, gas y vacío no se encuentran en
óptimas condiciones debido al desgaste y las malas prácticas de mantenimiento, que
contribuyen al peor desperdicio de todos: las constantes fugas. Estas pueden estar
ocultas tras las máquinas, en puntos de conexión, tuberías elevadas, tubos agrietados
o conectores en mal estado. Estas pérdidas se acumulan rápidamente y pueden
provocar tiempos de inactividad.

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